El punto de inflexión de mi agencia

Ojalá me hubiera dado cuenta antes de esto

Te voy a contar un poco sobre el momento en el que me di cuenta de que empezaba a tener realmente una agencia.

No fue cuando firmé mi primer cliente, ni cuando facturé más de 10.000€ un mes, ni siquiera cuando empecé a tener clientes de forma estable.

Fue bastante después.

Llevaba meses con mucho trabajo, con varios proyectos abiertos, con ingresos que ya me permitían respirar… Pero todo funcionaba sobre la marcha. Cada cliente tenía su manera. Cada entrega era diferente.

Estaba “funcionando” pero no construyendo nada.

Y fue ahí donde empecé a caer en la importancia de los procesos.

No como algo bonito o profesional… sino como lo único que separa una agencia real de un caos que factura.

A partir de ahí empecé a pensar distinto. Y te dejo algunas ideas que creo que pueden ayudarte si estás ahora en ese punto intermedio, donde ya tienes algo de movimiento… pero no tanta estructura.

Primero: si cada nuevo cliente es un mundo, es que no tienes un servicio claro. Empieza por definir qué haces exactamente, cómo se entrega, qué fases tiene, cómo se ve desde fuera. Eso te da orden, te ahorra energía y te posiciona mejor.

Segundo: el onboarding no es un paso más. Es la primera impresión real que das como agencia. Tener un proceso bien armado ahí te da autoridad, evita malentendidos y alinea expectativas desde el minuto uno.

Tercero: la captación no puede ser algo que haces “cuando puedes”. Tiene que ser un sistema, una rutina, una parte fija de tu semana. Y eso empieza por algo tan simple como reservar 2-3 horas fijas cada semana para salir a buscar clientes. No cuando te apetece. Siempre.

Cuarto: empieza a pensar en sistemas desde ya. Aunque estés solo. Porque cuanto antes empieces a estructurar lo que haces, más fácil será delegar, crecer y no morir en el intento.

Y quinto, algo que aprendí de un fundador de una empresa valorada en más de mil millones, que me marcó mucho: cuando empiezas a tener personas trabajando contigo, tu trabajo ya no es solo delegar tareas. Es transmitir. Valores, criterios, estilo. Estar encima al principio. Corregir, explicar, repetir. Porque al principio es más lento, sí. Pero si lo haces bien, llega un momento en el que todo fluye sin ti. La rueda empieza a girar sola. Y eso no pasa por arte de magia, pasa porque te tomaste en serio tu rol como líder desde el principio.

Cuando entendí todo esto y empecé a aplicarlo, mi día a día cambió por completo.
Pasé de sentir que estaba corriendo todo el tiempo… a tener claridad.
Y lo más importante: cada hora de trabajo empezó a construir algo que podía escalar.

Hoy sigo ajustando cosas. Sigo mejorando procesos. Pero ya no siento que todo depende de mí. Siento que hay una base que sostiene el negocio, y que puedo construir sobre ella.

Eso, para mí, fue el verdadero inicio de tener una agencia de verdad.

Espero que te sirva,
Raul

P.D. Si tienes una agencia que está facturando +2.000 €/mes, échale un ojo a esto: https://raulmerchan.com/ags